La principal legislación energética y medioambiental de EE. UU. ha permanecido intacta desde la década de 1970. Sin embargo, parece que esto va a cambiar en 2022: con los cambios en la opinión pública y los crecientes desafíos legales, una serie de evaluaciones, revisiones y reescrituras podrían alterar fundamentalmente estas leyes obsoletas, con importantes implicaciones para la infraestructura de gas natural estadounidense.