La emisión global de metano, uno de los principales gases que provocan el efecto invernadero, aumentó en un 20 % en las últimas dos décadas, según un estudio publicado este martes que apunta a China, India, Estados Unidos, Brasil y Rusia como los principales emisores mundiales.
El informe Cuarto Presupuesto Global de Metano, publicado en la revista científica Easth System Science Data, muestra que la emisión de gas metano por la actividad humana alcanzó los 61 millones de toneladas cada año.
“Hemos visto tasas de crecimiento más altas para el metano en los últimos tres años, desde 2020 hasta 2022, con un máximo histórico en 2021”, apuntó Pep Canadell, director de la organización científica gubernamental australiana CSIRO, que participa en el estudio.
“Este incremento significa que las concentraciones de metano en la atmósfera son 2,6 veces superiores a sus niveles preindustriales (1750)”, precisó el científico español en un comunicado de CSIRO.
Según el estudio, casi la mayor parte de estas emisiones globales de metano proceden principalmente de la agricultura (40%), los combustibles fósiles (34% y los residuos sólidos y las aguas residuales (19%), entre otros.
“Las actividades humanas son responsables de al menos dos tercios de las emisiones mundiales de metano, lo que añade unos 0,5 grados al calentamiento global que se ha producido hasta la fecha”, subrayó Canadell.
La investigación apunta que los cinco principales emisores de gas metano en 2020 fueron China (16%), India (9%), Estados Unidos (7%), Brasil (6%) y Rusia (5%), mientras que destaca que en la Unión Europea y Australia se han realizado reducciones de las emisiones antropogénicas de este hidrocarburo en los últimos 20 años.
El estudio alertó que si la tendencia de emisiones de metano derivadas de la actividad humana sigue aumentado a nivel global, se pondría en peligro el objetivo mundial de reducir las emisiones de este gas en un 30% para 2030 -con respecto al nivel de 2020-.
“Para las trayectorias de emisiones netas cero coherentes con el Acuerdo de París, que está estabilizando las temperaturas por debajo de 2 grados con respecto a los niveles preindustriales, las emisiones antropogénicas de metano deben disminuir en un 45% para 2050, en relación con los niveles de 2019”, subrayó Canadell.
El metano se acumula en la atmósfera durante unos 20 años antes de degradarse, una vida más corta que otros gases que producen el efecto invernadero -como el dióxido de carbono-, pero preocupa por su capacidad de calentamiento -80 veces más potente que el dióxido de carbono-.