Aunque el hidrógeno ha ganado protagonismo en el país con la puesta en marcha de seis proyectos de bajas emisiones y más de 30 proyectos anunciados por empresas públicas y privadas, son muchos los retos que enfrenta para hacerlos realidad.
Karen Peralta, directora ejecutiva de la Cámara de Hidrógeno de la Andi y Naturgas, explica que Colombia se posiciona como el tercer país de América Latina con más proyectos, en una coyuntura en la que acelerar la construcción es clave para cumplir con la Hoja de Ruta del Hidrógeno, que proyecta 1GW de electrólisis antes de 2030 y hasta 10GW para 2040.
“El hidrógeno es un recurso clave para la descarbonización de la economía y el desarrollo de productos sostenibles”, dice Peralta y señala que, a corto plazo, se espera su uso en la refinación y la producción de fertilizantes, con miras a expandir su aplicación en el transporte de carga.
En el mediano y largo plazo, agrega, nuevas industrias como la producción de calor y combustibles sintéticos, además del transporte marítimo y aéreo, serán mercados potenciales, habilitando así la exportación de derivados como el amoniaco y el metanol.
La producción de fertilizantes es uno de los casos de negocio más relevantes para Colombia, que importa más de 2 millones de toneladas al año. El hidrógeno, al combinarse con nitrógeno para producir amoniaco, puede ser la clave para desarrollar esta industria localmente, reducir la dependencia internacional y fortalecer la seguridad alimentaria.
El hidrógeno también puede ayudar a diversificar la matriz energética del país. Promigas ya está probando mezclas de hidrógeno en redes de gas natural, un proyecto que muestra las sinergias entre ambas tecnologías, lo cual puede complementar la oferta de gas en Colombia.
Sin embargo, los expertos atribuyen el estancamiento de este tipo de proyectos a nivel global a la concentración histórica en el estímulo de la oferta en lugar de potenciar la demanda.
Mauricio Cuesta, de la firma Consulting Partner de ERM, que ha trabajado temas de sostenibilidad con más de la mitad de las 100 empresas más grandes del mundo, destaca la necesidad de políticas sectoriales enfocadas en cuatro áreas cruciales: producción de acero sostenible, transporte terrestre pesado, producción de amoniaco y refinerías de petróleo.
Desafíos para el desarrollo del hidrógeno
A pesar del potencial del hidrógeno, varios retos frenan su despliegue a gran escala. Entre los principales desafíos se destacan la necesidad de energías renovables a precios competitivos y la creación de un marco normativo claro, explica Peralta.
Además, es esencial fomentar la demanda de hidrógeno en sectores estratégicos como el transporte, fertilizantes y producción de cemento. El acceso a financiación y el apoyo a proyectos pioneros son fundamentales para avanzar en este campo.
La Cámara de Hidrógeno Andi y Naturgas han identificado cuatro habilitadores clave: la expansión de energías renovables, el estímulo de la demanda, la disposición de fondos para los primeros proyectos y la coordinación interinstitucional para fortalecer el ecosistema del hidrógeno, especialmente en las regiones.
A nivel mundial, más de 1.500 proyectos de hidrógeno han sido anunciados, con avances significativos en Estados Unidos y China, donde los incentivos fiscales han impulsado este crecimiento. Colombia podría seguir el ejemplo, adaptando estas políticas a su contexto local para acelerar el desarrollo de esta tecnología.
A pesar de los avances, la incertidumbre en permisos ambientales y la falta de homologaciones para vehículos de hidrógeno pueden convertirse en cuellos de botella. Para superar estos obstáculos, se promueve una colaboración estrecha entre entidades del gobierno y el sector privado.
Peralta destacó que estos temas serán analizados durante el Segundo Congreso de Hidrógeno y Eficiencia Energética que se realizará el 17 y 18 de octubre en el Centro de Convenciones de Cartagena.