En muchas regiones del mundo, cocinar con leña ha sido una tradición que ha pasado de generación en generación. Sin embargo, en la actualidad, el gas natural ha emergido como una alternativa más moderna y eficiente. Ambas formas de cocinar tienen sus particularidades, pero ¿cuál es realmente la mejor opción? En este blog, analizaremos las principales diferencias entre cocinar con gas natural y leña, desde la perspectiva de la eficiencia, la salud, el impacto ambiental y el ahorro económico.
Cocinar con gas natural es significativamente más eficiente que con leña. La eficiencia de combustión del gas natural puede llegar al 60-70%, mientras que la leña apenas alcanza una eficiencia de 15-20%. Esto se traduce en un menor tiempo de cocción y en un uso más efectivo de la energía.
Por ejemplo, para hervir 5 litros de agua, el gas natural tarda alrededor de 20 minutos, mientras que la leña puede demorar más de 45 minutos, dependiendo de la cantidad de leña utilizada y el tipo de fuego.
Uno de los mayores riesgos asociados a cocinar con leña es el impacto en la salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 3.8 millones de personas mueren cada año como resultado de la exposición al humo generado por el uso de leña y carbón para cocinar. El humo de la leña contiene partículas finas (PM2.5) y monóxido de carbono, que pueden causar enfermedades respiratorias, cardíacas y oculares.
Por el contrario, el gas natural es un energético de bajas emisiones, lo que mejora considerablemente la calidad del aire dentro de los hogares. Cocinar con gas natural reduce en un 90% la exposición a contaminantes peligrosos en comparación con la leña.
El impacto ambiental de la leña es considerable, ya que su uso contribuye a la deforestación y aumenta las emisiones de gases de efecto invernadero. En América Latina, la deforestación relacionada con la recolección de leña representa hasta el 40% de la pérdida de bosques en algunas áreas rurales. Además, la quema de leña emite grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) y metano, ambos gases que agravan el cambio climático.
Por otro lado, el gas natural emite aproximadamente un 50-60% menos CO2 que la leña por unidad de energía generada. El gas natural se considera una fuente de energía de transición, ya que genera menos emisiones que otros combustibles como el carbón o el petróleo.
A nivel económico, el gas natural también ofrece ventajas significativas. Si bien en algunas regiones rurales la leña puede ser accesible o incluso gratuita, cocinar con leña implica costos ocultos como la recolección, el transporte y el tiempo invertido. Además, la ineficiencia de la leña implica que se necesita mayor cantidad de material para lograr los mismos resultados que con gas natural.
En comparación, el gas natural tiene un costo inicial asociado a la instalación, pero ofrece un suministro constante y predecible. A largo plazo, el gas natural es más económico, especialmente en áreas urbanas. Por ejemplo, una familia que utiliza gas natural puede ahorrar entre un 30% y 40% en sus costos de energía mensual en comparación con el uso de leña o carbón.
Cocinar con gas natural ofrece una serie de comodidades que la leña no puede igualar. El encendido es instantáneo y permite un control preciso de la temperatura, mientras que la leña requiere preparación previa, es más difícil de encender y mantener una temperatura constante es un desafío. Según estudios, las familias que usan gas natural para cocinar ahorran un promedio de 3 horas diarias, que serían empleadas en recolectar leña y en el proceso de cocción.
Si bien la leña ha sido una fuente de energía esencial en muchas comunidades rurales, la transición hacia el gas natural ofrece beneficios claros en términos de eficiencia, salud, impacto ambiental y costos. Cocinar con gas no solo mejora la calidad de vida de los hogares, sino que también protege el medio ambiente y respalda un futuro más sostenible.
El gas natural es un aliado clave en la transición hacia energías más limpias, brindando a las familias una opción más segura, eficiente y asequible. Apostar por el gas natural es dar un paso firme hacia una vida más saludable y responsable con el planeta.