Frente a un panorama energético incierto, Colombia busca alternativas sostenibles que reduzcan su dependencia del gas natural. Con el inicio de la importación de 40.000 MBTU diarios al país y las advertencias de entidades como Naturgas sobre posibles incrementos en los precios de este servicio, se ha puesto en evidencia la necesidad de acelerar la diversificación de las fuentes energéticas. Sin embargo, expertos señalan que algunos sectores de la economía colombiana, como el agroindustrial, pecuario y de residuos urbanos, tienen un alto potencial para generar biometano y biogás a través del manejo de sus residuos orgánicos.
Según datos del Ministerio de Energía, en Colombia, la demanda diaria de gas natural se sitúa en cerca de 1.000 millones de pies cúbicos, con más de 10 millones de usuarios conectados al servicio. Es por ello que la producción de gas renovable y limpio a partir de residuos orgánicos es una solución estratégica que reduciría la dependencia de combustibles fósiles y el impacto al medio ambiente, promoviendo la economía circular en el país.
“Residuos de cultivos como plátano, palma de aceite, caña de azúcar y banano generan enormes cantidades de biomasa que, mediante procesos de digestión anaeróbica, pueden convertirse en biogás. Este, al ser purificado, se transforma en biometano, un sustituto directo del gas natural. De igual forma, el sector pecuario, con grandes cantidades de estiércol bovino y porcinaza, tiene un alto potencial para alimentar plantas de biodigestión”, afirma Ernesto Gutierrez de Piñeres, CEO de Seynekun, un estructurador de proyectos de energía renovable en América Latina.
De acuerdo con el experto, en la actualidad, están trabajando en el desarrollo de plantas de biometano en diversas regiones del país como Urabá, Magdalena y Santander. “En Urabá, por ejemplo, se evalúa la creación de una planta de biometano que aprovechará los residuos de la Bioplanta, una extractora de aceite de palma. Mientras que en Magdalena, se están desarrollando proyectos de este tipo dentro de un clúster ecoindustrial que incluye generación de energía renovable y gestión de residuos”, afirma.
Asimismo, el directivo de Seynekun resalta que los residuos urbanos, que representan un alto porcentaje de los desechos en rellenos sanitarios de grandes urbes como Bogotá, Medellín y Cali, también pueden transformarse en energía limpia. Actualmente, la mayoría de estos residuos contribuyen a la contaminación ambiental, pero mediante procesos adecuados podrían convertirse en biogás y contribuir a una economía circular.
Por otro lado, la Ley de Transición Energética en Colombia ofrece diversos beneficios que facilitan el desarrollo de este tipo de proyectos. Entre sus ventajas destacan los incentivos fiscales, como exenciones tributarias y arancelarias, que reducen los costos de inversión, así como mecanismos de apoyo financiero que mejoran la viabilidad económica de estas iniciativas.
Con una creciente demanda de gas natural y ante el posible incremento del valor del gas en Colombia, el país no puede permitirse depender de las importaciones. Por lo cual, es clave acelerar la producción de biometano a partir de los residuos orgánicos que generan diversas industrias, lo que fortalecería la seguridad energética del país e impulsaría el desarrollo sostenible, generando empleo local y posicionando a la nación como líder en innovación energética en América Latina.
Fuente: portafolio.co