Alemania se prepara sigilosamente para una posible interrupción repentina del suministro del gas ruso, cuya importación representa un 55% del gas que consume el país. De acuerdo con Reuters, el Gobierno alemán está preparando un paquete de emergencia que contempla la nacionalización de las empresas energéticas, como la refinería PCK operada por la estatal rusa Rosneft.