Tres décadas en el sector energético han sido más que suficientes para que Orlando Cabrales sea considerado una autoridad en la materia. Es un líder nato y un hombre con una gran visión, que lo llevaron a ser CEO de Frontera Energy, una empresa de exploración, producción, transporte, y venta de petróleo y gas natural en América Latina. Que además cuenta con la filial Sociedad Portuaria Puerto Bahía, un terminal marítimo multimodal en pleno corazón de la Bahía de Cartagena.
Inició su formación en Ecopetrol, cuando apenas era un estudiante, y de ahí pasó a la BP. Esta experiencia le permitió construir bases sólidas para alcanzar la presidencia de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), ser viceministro de Energía y presidente de Naturgas.
Es abogado y filósofo, pero, sobre todo, un ejecutivo con una gran calidad humana y con la energía necesaria para dejar una huella importante en el país.
¿Cómo describe la evolución de Frontera Energy en Colombia desde su llegada en 2021?
ORLANDO CABRALES: Yo resaltaría tres cosas. La primera es que después de la pandemia, cuando hubo muchos cambios en toda la industria, logramos estabilizar la producción de la compañía por encima de los 40.000 barriles diarios. Nuestro foco ahora está centrado ya no tanto en volúmenes, sino en la generación de valor y en que nuestros barriles sean competitivos. Lo segundo, es que hemos incorporado una cultura muy fuerte del uso del capital y del manejo de los costos; esas épocas del sector petrolero gastador son cosa del pasado. Y lo tercero, es que hemos logrado una conexión, que entre nosotros como equipo llamamos ‘Genpatía’, y se trata de generar empatía con el entorno, con las comunidades en las que operamos, con los gobiernos locales y con el Gobierno nacional.
¿Qué aprendizajes le dejaron su paso por el Viceministerio de Energía y la ANH?
O.C.: Muchas enseñanzas y la posibilidad de conocer a fondo las necesidades de Colombia para seguir fortaleciendo su competitividad y atractivo de cara al mercado internacional, así como la posibilidad de enfocar los esfuerzos en alcanzar estas metas. Lo más importante es que debemos trabajar en los tres elementos que giran alrededor de la energía: la seguridad energética del país, la competitividad y superación de la pobreza energética y, por supuesto, la sostenibilidad.
¿Qué hace falta en Colombia para avanzar más rápidamente hacia una matriz energética diversificada y sostenible?
O.C.: Hay que tener en cuenta que Colombia es un país con muchas potencialidades en materia energética. Tenemos todos los recursos y hay que aprovecharlos de manera responsable. No solamente los recursos de carbón, petróleo y gas, sino también los de agua, sol, viento y geotermia. Colombia, de por sí, tiene una matriz energética muy renovable, pues depende principalmente del agua, pero obviamente hay que comenzar a diversificar. Mi invitación es a desarrollar ese potencial que tenemos. Y, con políticas claras, pasar a la ejecución, materializando las ideas, para llevar de la planeación al hecho. Se debe trabajar mucho en los proyectos que el país tiene identificados, no solamente en materia de petróleo y gas, sino también en materia eléctrica. Así podremos cumplir con esos tres elementos energéticos que mencioné antes.
¿Pero es posible lograr operaciones más sostenibles sin sacrificar desarrollo económico?
O.C.: El país ya tiene una potencialidad de energías limpias que aseguran una mayor diversificación de la canasta y el abastecimiento energético hacia el futuro. Sobre esa línea hay que seguir. Además, se cuenta con un respaldo del sector térmico que funciona principalmente con combustibles fósiles. Si se logra diversificar lo renovable, con el respaldo de lo térmico que depende de lo fósil, podemos avanzar hacia la seguridad energética, eficiencia en los precios y sostenibilidad.
¿Cómo ve el futuro energético del país?
O.C.: Hay que tener una visión de largo plazo. No es el trabajo de uno, dos o tres gobiernos. Colombia ha sido muy exitosa y hay muchos proyectos que están en camino, pero su ejecución se demora. Hay que acelerarlos y sacarlos adelante, con el concurso de lo público y lo privado. Sabemos lo que se tiene que hacer, pero hay que ejecutarlo. Así que manos a la obra.
¿Cómo Frontera Energy contribuye positivamente en las regiones donde opera?
O.C.: Hemos desarrollado programas que nos han permitido acercarnos más a las comunidades. De las muchas cosas que estamos haciendo hay una que me gusta resaltar: en la línea de equidad de género, esta industria ha sido tradicionalmente masculinizada. Por eso estamos promoviendo una serie de iniciativas, tanto a nivel de la compañía como por fuera. Hoy, en Frontera Energy el 40 por ciento de los cargos directivos son mujeres. Además, junto con el Sena, tenemos un programa de entrenamiento con la comunidad que se llama ‘Crece con Frontera’, en el que estamos capacitando a mujeres en Puerto Gaitán. Ya tenemos 60 graduadas que tienen la capacidad de cumplir el rol de operadoras de campo. En materia de sostenibilidad, tenemos un proyecto de energía solar llamado IKOTIA, que en lenguaje Sikuani significa rayos de sol, y que está enfocado en la eficiencia energética en las operaciones. Así mismo contamos con SAARA, la planta de tratamiento de agua más grande asociada a un proyecto petrolero para optimizar el uso del recurso hídrico con un enfoque en economía circular para su implementación en riego en cultivos de palma de aceite. Este tipo de iniciativas generan un entorno más favorable y le dan viabilidad a la operación.
¿Cómo le gustaría que recuerden su paso por la compañía y el sector?
O.C.: Como alguien que contribuyó de manera muy significativa a la seguridad energética de Colombia y que aportó al sector energético del país. La energía es fundamental para el desarrollo y cumple un rol importante para superar la pobreza. Hemos avanzado en el cierre de brechas, pero todavía tenemos retos grandes. Para lograrlo, debemos trabajar en conjunto Gobierno y sector privado. Mi pasión es trabajar por Colombia.
¿Qué consejo les daría a otros líderes?
O.C.: Mucha pasión y energía por construir un mejor país. Que tengan entusiasmo y sepan que la experiencia entre lo público y lo privado es una combinación maravillosa. Y, por supuesto, ese compromiso que estamos viendo en las nuevas generaciones hacia la sostenibilidad y un planeta con menores emisiones. Que lideren con el ejemplo, como lo hacemos con mi equipo directivo, para fomentar siempre la transparencia, la ética y la integridad. Esto resultó en un reconocimiento a Frontera por el Insituto Ethisphere como una de las empresas más éticas del mundo.
*Contenido elaborado con el apoyo de Frontera Energy.
Fuente: semana.com
