Elevar la capacidad instalada en dos unidades de generación adicionales es un hito importante para la organización.
Medio siglo después de haber transformado el paisaje y la vocación económica del Oriente antioqueño, la central hidroeléctrica de El Peñol-Guatapé se prepara para una actualización histórica.
Empresas Públicas de Medellín (EPM) está evaluando una ampliación en su capacidad instalada, una movida estratégica que busca potenciar una infraestructura que ya es considerada la mayor reserva energética de Colombia.
Actualmente, este complejo funciona con ocho turbinas de generación. Sin embargo, durante una visita técnica a las instalaciones, Alberto Mejía Reyes, gerente de Generación de Energía de EPM, reveló al medio MiOriente que la compañía contempla la instalación de dos unidades adicionales.
El objetivo es pasar de ocho a diez turbinas, aprovechando la misma captación actual del río Nare, lo que optimizaría los recursos hídricos ya existentes sin necesidad de grandes obras de desviación nuevas.
Esta posible expansión llega 54 años después de que la primera etapa del proyecto entrara en operación, marcando un hito de longevidad y relevancia. Hoy en día, la central Guatapé aporta 560 megavatios de energía, una cifra que por sí sola sostiene el 10 % del sistema interconectado nacional.
Un gigante subterráneo y su historia
La ingeniería detrás de esta central sigue siendo un referente. Su corazón, la casa de máquinas, no está a la vista de los millones de turistas que visitan la piedra o el malecón; se encuentra a 830 metros de profundidad por debajo del nivel del embalse.
Sobre la génesis de esta megaobra, Mejía Reyes recordó la visión de los fundadores: “La iniciativa de construir este complejo hidroeléctrico está ligada a los mismos inicios de EPM. Fue el primer gerente de la empresa el mismo que tuvo la visión de construir una central por fuera de Medellín, desde los años 50 se empezó a concebir el proyecto”, explicó el funcionario en declaraciones recogidas por MiOriente.
El cronograma histórico muestra que las primeras cuatro unidades comenzaron a rugir en 1971, mientras que la segunda fase, con otras cuatro máquinas, se completó en 1979. Desde entonces, la infraestructura ha sido testigo y protagonista de la historia energética del país, superando momentos críticos como el racionamiento de 1992, recordado popularmente como la «hora Gaviria».
El sistema de embalses: una batería nacional
Para entender la magnitud de lo que ocurre en esta subregión de Antioquia, es necesario mirar el panorama completo. La central de Guatapé no opera sola; es el engranaje principal de una red compuesta por cuatro centrales hidroeléctricas —dos operadas por EPM y dos por Isagen— que funcionan de manera articulada.
Este sistema conjunto tiene una capacidad de generación de 2.177 megavatios, lo que equivale al 24 por ciento de la capacidad total de Colombia. Para ponerlo en perspectiva pedagógica, la potencia combinada de estas cuatro plantas se acerca a la que tendrá Hidroituango (2.400 megavatios) cuando esté operando al máximo de su capacidad.
El «clúster» energético de la zona se distribuye de la siguiente manera:
- Central Jaguas (Isagen) en San Rafael.
- Central Punchiná (Isagen) en San Carlos, con 170 megavatios.
- Central Playas (EPM) en Guatapé, con 270 megavatios.
- Central Guatapé (EPM), liderando con 560 megavatios.
Turismo y desarrollo regional
Más allá de los kilovatios, el embalse se ha convertido en un motor de desarrollo social y económico. La inundación del viejo pueblo de El Peñol dio paso a un destino turístico que hoy recibe a más de 3 millones de visitantes anuales, dinamizando la economía de una amplia zona de influencia.
Las aguas de los ríos San Carlos, Guatapé, San Lorenzo y Nare no solo iluminan hogares en todo el país, sino que conectan la vida de múltiples municipios.
La influencia directa del sistema abarca localidades como San Vicente Ferrer, Granada, Concepción, Alejandría, San Rafael, San Carlos, El Peñol y Guatapé, territorios que han visto cómo la producción de energía y el turismo se entrelazan en su vida cotidiana.
Fuente: elTiempo








