Mucho se habla de la importancia de la inteligencia artificial para optimizar las labores académicas y/o profesionales, pero sus herramientas parecen ir más allá y es que el gran reto de su uso parece estar guiado hacia las metas de desarrollo sostenible proyectadas hacia 2030.
De allí la importancia de conocer los conceptos que nos acercan al uso global de dichas herramientas y más aún saber qué están haciendo las grandes empresas para proyectarse a través de las posibilidades que brinda la IA.
Sin duda, desde todos los espacios, la IA toma cada vez más terreno, de allí que las empresas buscan adoptar medidas que les permita alinear sus planes de responsabilidad social corporativa con las poblaciones, sociedades y países.
La IA cuenta con grandes beneficios, que de no ser considerados por las compañías modernas, tenderían a desaparecer, porque sus herramientas influyen en la toma de decisiones, reduce costos y optimiza los resultados. Según expertos de las prácticas empresariales, sostienen que la IA ayuda a seleccionar proveedores mediante el análisis de sus registros, mantiene la sostenibilidad en toda la cadena de suministro eligiendo a los proveedores adecuados, y otras bondades a las que cada vez le apuestan más los desarrolladores.
Señalan que, los sistemas inteligentes están diseñados para detectar ineficiencias y desperdicios en la cadena de suministro, y puede analizar datos que coadyuven en los buenos procesos y evite el mayor número de pérdidas.
Camilo Mejía, es docente de la Escuela de Negocios de la Universidad del Norte, y líder del área de responsabilidad social y empresarial, además de consultor y coordinador de dichas iniciativas, señala que las prácticas de RSE incluyen primordialmente a los derechos de los usuarios.
“La inteligencia artificial juega un papel importante porque nos va a permitir a nosotros ser mucho más eficientes en la captura de información, en la recolección de los datos, en la descripción de los datos, en la discriminación y en la toma de decisiones a partir de las inferencias que podamos sacar con los modelos matemáticos que nos trae la inteligencia artificial. Entonces, básicamente vamos a poder predecir a través de datos y se toman decisiones a partir de esa predicción”, explica el docente Mejía.
Argumenta que el camino para lograr el uso eficiente de las tecnologías y generar un impacto en la responsabilidad social empresarial está por labrarse. “Todavía somos muy débiles en términos de número de empresas que estén implementando prácticas de responsabilidad social. Esto si lo reducimos a nuestro país”.
Sin embargo, reconoce que hay organizaciones grandes con programas de responsabilidad social muy amplios, donde la implementación como tal de la inteligencia artificial está en desarrollo. Algunas empresas como Promigas trabajan en modelos matemáticos para identificar el impacto que tienen sus operaciones en la biodiversidad local, donde está operando.
El tema central, señala, es la capacidad para generar datos, para capturar datos, identificarlos, buenos datos, y luego, datos que tengan que ver con temas de sostenibilidad.
“Por ejemplo, empresas de servicios públicos de recolección de residuos podrían trabajar mucho alrededor de este tema. Entonces, la idea es que yo pueda tener capacidad para recolectar muchos datos, y eso implica, por supuesto, también una reorganización en las empresas. Imagínate una empresa de servicios de recolección de residuos. Todo lo que tiene que hacer para poder identificar la cantidad de datos a los que está expuesta día a día”.
La discriminación de la información sobre si las casas están haciendo separación en la fuente, qué tantas separación, de qué zonas, cuáles son los barrios que más lo hacen, qué tipo de residencias acuden a estas prácticas, será de gran ayuda para tener una base de información que ayude a la toma de decisiones, incluso en la creación de campañas.
“Cuando yo tenga la capacidad para recolectar todos esos datos, y muchos datos, yo lo puedo hacer automático, me permite generar predicciones y poder tomar decisiones acerca de campañas de concientización, capacitación, recolección más eficiente, tiempos, rutas diferentes. Entonces, ya ahí estoy trabajando alrededor de la inteligencia artificial aplicada a la sostenibilidad”, indicó el especialista.
Para las grandes, medianas y pequeñas compañías los beneficios de las herramientas de la Inteligencia Artificial como punto de partida para lograr aportar a la sostenibilidad, tiene que ver con la eficiencia y optimización del tiempo. La inteligencia artificial permite disminuir considerablemente los tiempos. Y por el otro lado, la capacidad de análisis. “Es decir, bueno, ¿Qué hago con esos datos? Y yo a través de modelos matemáticos puedo generar predicciones. Y es sencillamente que el tomador de decisiones utiliza esa información para decidir cuáles son los caminos que tiene que tomar. Entonces, esos son los beneficios más importantes en este momento”, concluyó.