Foto: Naturgas
Colombia ha perdido su autosuficiencia energética en gas natural para hogares, comercios, vehículos e industrias, y se enfrenta a un futuro de creciente dependencia de las importaciones. Es la advertencia que viene haciendo desde hace un tiempo, Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas (Asociación Colombiana de Gas Natural).
La situación es crítica, por lo que Murgas no dudó en señalar que, “en el año 2026 nos vamos a ver obligados a incrementar la importación” de gas natural. La líder gremial, reconocida por su voz en el sector energético, explicó que la autosuficiencia se perdió a partir de diciembre de 2024 debido a la declinación de los campos de producción históricos.
“Empezamos a depender en alguna proporción del gas que se produce en otros países”, afirmó en entrevista exclusiva con Giovanni Celis Sarmiento en el programa “Al Punto” de RED+ Noticias.
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Menos exploración, menos reservas
La raíz del problema no es que el gas se haya agotado, sino la drástica reducción de la actividad exploratoria. Según Naturgas en el año 2012, en Colombia se perforaron 130 pozos exploratorios, la única manera para encontrar gas. En el año 2024, de acuerdo con información de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, se perforaron tan solo 27.
En 2012 las reservas de gas alcanzaban para 13 años, en 2023 se redujeron a solo seis años, lo que demuestra la preocupación del sector. “Toda esa declinación, ameritaba que las decisiones de política pública incrementaran la actividad exploratoria para encontrar nuevos descubrimientos y producir gas adicional”, enfatizó Murgas.
A pesar del panorama, todo indica que Colombia “sí está sobre el gas”, específicamente en el mar Caribe, donde se han identificado importantes potenciales de reserva. Sin embargo, su desarrollo es complejo y lento. Luz Stella Murgas señaló que los proyectos en esa zona del país “demoran mucho más tiempo en desarrollarse” debido a su ubicación en aguas profundas, ventanas climáticas y cuantiosas inversiones.
La solución para Naturgas, es “sumar voluntades” entre el gobierno nacional, gobiernos locales, comunidades y empresas para acelerar el desarrollo de estos proyectos, como los de los bloques Sirius y Cómodo.
Un caso emblemático de los desafíos es el proyecto Sirius, considerado de interés nacional, se ha visto frenado por las exigencias de las consultas previas. Murgas reveló que para este proyecto se requieren “116 consultas previas” y la construcción de un gasoducto que conecte el campo marino con la planta de tratamiento en tierra.
Lo que plantea el sector energético es que la falta de una reglamentación con “etapas perentorias” en los procesos de consulta previa “dilata los procesos y vuelve eterno el cierre de la consulta previa”. Para destrabar estos proyectos estratégicos, Naturgas propone la creación de un “equipo élite y interdisciplinario con funcionarios del ministerio del Interior, funcionario del ANLA, funcionario del ministerio de Minas, de la empresa que desarrolla el proyecto, del socio que en este caso es Ecopetrol”.
Calidad de vida y pilar de la transición energética
Luz Stella Murgas, presidenta de la Asociación Colombiana de Gas Natural, subrayó el impacto social del gas natural en Colombia, donde 36 millones de personas se benefician de este servicio. En 20 años el país pasó de tener 1.9 millones de usuarios, que son 1.9 millones de hogares a 11.5 millones de hogares. El gas natural ha llevado “calidad de vida y bienestar”, liberando capacidad de pago en familias vulnerables y reduciendo la pobreza energética al sustituir la leña.
Además, la presidenta de Naturgas defendió el rol en la transición energética, a pesar de ser de origen fósil. “El gas natural es ideal para la transición energética; al ser de bajas emisiones permite reemplazar combustibles más contaminantes”, argumentó, citando el ejemplo de España, donde el gas natural ha salvado el sistema eléctrico ante los desafíos de las renovables.
Es claro que falta un diálogo fluido con el presidente Gustavo Petro, a pesar de los esfuerzos de la industria por demostrar cómo el gas natural puede contribuir a los objetivos del gobierno en descarbonización y reducción de la pobreza.
Aunque Colombia tiene potencial de reserva en el subsuelo, se prenden las alarmas porque pone al país en una zona de riesgo el depender de una importación, y eso tiene un impacto en los precios, en las tarifas de los recibos.
Otro punto de preocupación son los subsidios al gas natural, cuya deuda asciende a 1.1 billones de pesos a corte de abril. Aunque se han realizado algunos pagos, son “montos muy pequeños para la acumulación de la deuda”, que crece en aproximadamente 100.000 millones de pesos mensuales. Esta situación obliga a las empresas distribuidoras a recurrir a alternativas financieras para cubrir el déficit, lo que limita su capacidad de inversión.
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Fuente: redmas