Foto: Freepik
Para contar la historia de EPM harían falta muchas páginas que pudieran detallar el contexto de su origen (en la Medellín de 1955) y las grandes obras que ha sacado adelante.
Fue un 6 de agosto de 1955 que el Concejo Municipal aprobó aglomerar en una sola entidad los servicios de agua, luz, alcantarillado y teléfono. Pero su vida administrativa inició en enero de 1956.
En estas memorias debería tener un espacio el ingeniero Lucio Chiquito; un experto en hidráulica y artífice de varios proyectos prominentes, entre esos, la represa de Piedras Blancas, ubicada en el corregimiento de Santa Elena, un trabajo que estuvo listo en 1952 para darle agua a Medellín y es, en parte, gracias a ello, que se le considera un fundador de la empresa que cimentó las bases para que después llegara Grupo EPM.
Hay otros cuatro hitos que han marcado la trayectoria de esta organización. El primero, la conversión a Empresa Industrial y Comercial del Estado, Eice, (1997) que le dio la flexibilidad para expandirse y potenciar sus negocios. Luego, se registró su alcance internacional, que inició con las adquisiciones de Ticsa y Aguas de Antofagasta (2013-2015).
En años recientes, se destacan la entrada en operaciones de Hidroituango (2022-2023), que marcó otro acontecimiento histórico, y el piloto en hidrógeno verde (2024).
Crecimiento con propósito
Entre los empresarios están aquellos que piensan que, cuando una compañía genera valor mientras impulsa el desarrollo social, el crecimiento puede ser exponencial y con un enfoque mucho más colectivo.
John Maya Salazar, gerente del conglomerado, indicó que “en 70 años de historia, el compromiso de EPM se ha centrado en contribuir a la calidad de vida de la gente y al desarrollo de los territorios”.
En sus primeras siete décadas, esta compañía alcanzó más de 30% de participación en el mercado energético del país y en su portafolio agrupa a 47 empresas que desarrollan negocios como la generación, transmisión y distribución de energía; comercialización de gas; provisión y saneamiento de aguas; y gestión de residuos sólidos.
La compañía cuenta con cerca de nueve millones de clientes y tiene operación en otros cinco países: Chile, Panamá, El Salvador, Guatemala y Mexico.
En el libro titulado El Kínder de los Cacaos, obra del periodista J. Enrique Ríos, el ingeniero Lucio Chiquito narra que la represa de Piedras Blancas se levantó gracias a la colocación de un bono que recaudó $3,2 millones; hoy Grupo EPM todavía es una organización 100% pública que, para 2024, tuvo ingresos por $41,8 billones y utilidad de $4,54 billones.
Proyección del mañana
Mientras el mundo avanza en la descarbonización de la economía, EPM en 2024 inauguró la planta piloto para la producción de hidrógeno verde y entró en la carrera por el desarrollo de esta nueva fuente energética.
El gerente de la compañía ha enfatizado también en la necesidad de estructurar pequeñas centrales hidroeléctricas, con plazos más cortos de construcción, para cubrir la demanda creciente de los colombianos y respaldar la economía.
Hidroituango: la crisis y el resurgimiento
La megacentral de Hidroituango ha sido, quizás, la obra civil de mayor envergadura que haya asumido EPM en su historia. Sus 2.400 megavatios eran motivo de satisfacción y confianza para el Sistema Interconectado de Colombia. Sin embargo, en 2018, aconteció la contingencia ocasionada por el colapso súbito de la Galería Auxiliar de Desviación, GAD, situación que derivó en el represamiento de las aguas del río Cauca y amenazó con provocar una tragedia aguas abajo del proyecto. La empresa y sus trabajadores no huyeron ante el riesgo y lograron estabilizarlo. Hoy funciona a 50%. En 2027 funcionarán las ocho turbinas.
Fuente: LaRepublica