En los próximos dos años Colombia deberá acudir a fuentes externas para cubrir la demanda de gas en el país.
La Asociación Colombiana de Gas Natural, Naturgas, puso en conocimiento que para 2025 y 2026 se necesitarán medidas que permitan cubrir las necesidades de gas natural para el comercio, hogares, transporte y sector industrial.
Frente a este panorama, Vanguardia conversó con Luz Stella Murgas Maya, presidenta de Naturgas, para conocer cuáles deben ser las acciones para que el bolsillo de los colombianos no salga afectado por esta situación.
Siendo una de ellas la implementación de cambios en la regulación, Murgas Maya también destacó la necesidad de priorizar el proyecto de costa afuera (offshore) para recuperar la autosuficiencia de gas natural en el país, al menos en el mediano plazo.
Además, considera que la importación desde Venezuela no es una “fuente cierta” mientras no exista permiso de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros, Ofac, de Estados Unidos.
Preguntas y respuestas
Vanguardia: En varios escenarios Naturgas ha planteado la necesidad de aumentar la perforación y actividades gasíferas en el país, pero los anuncios de estos días no parecen muy alentadores
Definitivamente parte de las causas que nos han llevado la situación actual en la que el gas local no es suficiente para cubrir las necesidades de contratación de gas en los próximos años ha sido, sin lugar a duda, la caída de la actividad exploratoria que tienen incidencia de una correlación directa con la disminución de las reservas.
En los últimos 10 años, hemos perforado 39 pozos exploratorios en promedio por año, mientras que la década inmediatamente anterior perforamos 120 pozos al año, en promedio.
Hemos pasado de tener una reserva de 5.7 terapies cúbicos a unas reservas de 2.3 terapies cúbicos. No hemos sido capaces de incrementar la perforación de pozos y con ello ver si podemos encontrar y descubrir más gas para reponer lo que nos estamos gastando.
Nos encontramos en una situación que para poder garantizar y cubrir toda la demanda de gas, necesitamos complementar con fuentes externas para poder mantener la confiabilidad en la prestación del servicio. Esa importación de gas va a depender de las cantidades asociadas a la necesidad que tenemos para contratar año por año.
Vanguardia: ¿Hay chance de reconducir el rumbo?
Si bien la actividad exploratoria ha caído, lo cierto es que también tenemos un potencial de reservas que descubrimos en el Mar Caribe. Los proyectos costa afuera que son los únicos que tienen la capacidad de revertir la situación actual y permitirnos retomar la autosuficiencia en el mediano plazo. Eso significa que definitivamente tenemos que trabajar conjuntamente para anticipar el desarrollo de los proyectos costa afuera.
Principalmente, hay un proyecto que queda en el mar Caribe que hoy es operado por Petrobas que es alrededor de un descubrimiento asociado a un pozo que se llama Uchuva. Sería el proyecto que de manera más temprana podría agregar moléculas de gas al mercado.
Ese proyecto requiere que tanto la licencia ambiental para la infraestructura como las consultas previas que se requieren para construir la misma estén cerradas y expedidas antes del primer trimestre del año 2025. Una vez se obtenga la licencia y las consultas, lo que haríamos es pasar a contratar las obras para construir el gasoducto que uniría ese punto en el mar Caribe a la infraestructura en tierra que hay en La Guajira para poder contar con este gas en el sistema de transporte nacional.
Vanguardia: El Gobierno ha mantenido esa postura de no firmar nuevos contratos, mientras las reservas probadas vienen cayendo en la última década, ¿qué se juega Colombia con este riesgo de perder soberanía energética?
Colombia se juega la posibilidad de reducir pobreza energética. El gas es fundamental para poder llevar calidad de vida y bienestar sobre todo a las familias más vulnerables. Nos jugamos la oportunidad de reducir pobreza energéticas en aquellas familias que todavía cocinan con leña, mejorando inclusive la salud de mujeres, niños y ancianos en hogares que todavía cocinan con leña. Además, de reducir la deforestación que es una de las principales causantes de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Nos jugamos la transición energética porque el gas natural es un recurso de bajas emisiones que es capaz de mantener confiabilidad en la generación de energía eléctrica frente a la intermitencia de la energía proveniente del sol y del viento, que requieren un recurso como el gas para mantener la confiabilidad.
Pero también nos jugamos la transición energética porque el gas natural es capaz de descarbonizar en el corto y mediano plazo sectores difíciles como transporte e industrial. En el sector transporte reemplazando el diésel y la gasolina por gas natural, y en el otro sustituyendo el uso de carbón por gas natural.
Nos jugamos la transición energética porque el gas natural es capaz de descarbonizar en el corto y mediano plazo sectores difíciles como transporte e industrial
Luz Stella Murgas Maya, presidenta de Naturgas
Perder la oportunidad de desarrollar el potencial de reservas que tenemos, no solamente para mantener la prestación del servicio, sino también poder llegar a hogares que todavía cocinan con leña; descarbonizar sectores de la economía; producir úrea; ser autosuficiente en la producción de alimentos y la reducción de costos de los alimentos para luchar contra el hambre, va a ser una oportunidad que Colombia no debe perder y que, por el contrario, debería impulsarnos a anticipar el desarrollo de estos proyectos para poderse ser nuevamente autosuficientes.
Recientemente, ustedes informaron que para 2025 y 2026 se debe acudir a fuentes externas o importación para cubrir la demanda de gas, ¿qué hacer para evitar golpe al bolsillo de los colombianos?
Lo más importante, de manera inmediata, es que la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg, y el Ministerio de Minas y Energía modifiquen los procesos y mecanismos establecidos hoy en día para comercializar gas porque fueron diseñados cuando había un mercado de abundancia de gas, pero no funcionan en el mercado de escasez. Porque de venderse gas, por ejemplo a través de mecanismos de subasta, lo que vamos a hacer es pujar al alza de los precios.
Eso solo se logra si las reglas para comercializar son ajustadas por parte de la Creg y del Ministerio antes del periodo de negociación de gas, que comienza el próximo 21 de agosto. Estamos, por supuesto, pendientes de que se adopten decisiones definitivas para que puedan aplicar a ese proceso y mitigar el impacto que pueda tener en los precios del gas en este proceso de comercialización.
La importación de Venezuela parece compleja por el panorama político y sanciones pendientes, ¿cuáles otras barajas se puede jugar el país?
En el inmediato plazo, la infraestructura que ya está funcionando y que es viable para importar gas es una planta que almacena gas natural licuado importado y lo regasifica exclusivamente para respaldar la generación eléctrica cuando hay fenómenos de El Niño. Esa planta tiene una capacidad adicional a la que ya los térmicos tienen contratados. Debe ser habilitada esa capacidad adicional por parte de la Creg y el Ministerio para que podamos abastecer el resto de la demanda con esas cantidades es la única manera como al mediano plazo podamos contar con gas importado.
Existen otras alternativas distintas a Venezuela porque mientras que no tengamos la autorización de la Ofac, Venezuela no es una fuente cierta. Ecopetrol ha anunciado que está valorando otras fuentes externas como la planta de regasificación del Pacífico.
¿Es el gas la energía más cara del país, como afirmó el Presidente? Qué claridades se deben hacer al respecto
El contexto en el que el Presidente realizó esta afirmación es para la generación de energía eléctrica. En el fenómeno de El Niño, que acaba de terminar en mayo, gracias a que las térmicas tenían gas importado almacenado en esta planta que he mencionado en Cartagena, logramos que en los momentos más críticos garantizáramos confiabilidad en la prestación del servicio, que en los momentos más críticos del 30 % de la energía que se generó provino de gas través de las térmicas, el 20 % fue gas natural importado. Entonces, en el contexto de la afirmación del Presidente es que para la generación eléctrica utilizamos gas importado con los precios internacionales para poder respaldar durante el fenómeno de El Niño la energía que se requería.
Ahora, el gas natural es el servicio público más económico históricamente. ¿Por qué? Porque ser autosuficiente implica que los precios asociados al gas para atender la demanda de hogares vehículos comercios y también la industrial, se formen en el mercado local. Eso ha permitido que el servicio público del gas sea el más económico.
Hay cifras del Departamento Nacional de Planeación, que indican que el servicio domiciliario de gas representan menos del 1 % del costo total de la canasta de consumo de un hogar. Otros servicios públicos, por ejemplo, la energía eléctrica representa el 13 %; el agua y el alcantarillado representa el 4.6 %.
Hoy en día un usuario en estrato 1 y 2 paga promedio mensual entre $10.000 a $12.000 (gas natural) teniendo en cuenta, por supuesto, que estos estratos tiene un consumo promedio de 10 a 12 metros cúbicos, con un precio de $2.200 el metro cúbicos, y que reciben el entre 50 % y 70 % de subsidio.
Todo eso para ratificar colombianos históricamente ha sido el servicio de gas natural y que la apreciación y afirmación que realizó el Presidente corresponde al contexto de la generación térmica a gas que utilizó gas importado durante el Fenómeno de El Niño.
La volatilidad de los precios en el mercado internacional para la importación de gas, pone de presente algunos temas geopolíticos como el conflicto entre Rusia y Ucrania, ¿este es, tal vez, el otro riesgo que podría también afectar el bolsillo de los colombianos?
El déficit actual nos obliga a sumar fuentes externas para abastecer el 100 % de la demanda y, por supuesto, las cantidades que vayamos a requerir del gas importado van a estar sujetas al mercado internacional. Eso implica que suben y bajan dependiendo de los hechos geopolíticos que impacten el mercado.
En efecto, después de la invasión de Rusia a Ucrania, mientras que en Colombia estuvo alejado de semejantes problemas se negociaban un gas en promedio alrededor de 6 dólares por millón de BTU. Esta misma molécula que Holanda a 80 dólares por millón BTU.
Es decir, ser autosuficiente en gas local nos ha permitido estar alejado de cualquier efecto o impacto que tengan los problemas geopolíticos en el mercado internacional
Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas
Pero ahora, las cantidades que vayamos a traer para completar la demanda necesariamente van a estar afectadas lo que sucede en el mercado internacional.
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