El 2022 fue un año lleno de aprendizajes para el sector energético en el mundo, en especial, por la crisis que vivió el continente europeo tras el corte de suministro de gas natural por parte de Rusia debido a su conflicto con Ucrania. La falta de este energético en 27 naciones al mismo tiempo estableció la trascendencia del gas como un elemento clave para la calidad de vida y el desarrollo de países que de nuevo tuvieron que calentar sus hogares con leña.
Al respecto, el director del Centro Regional de Estudios de Energía, Tomás González, aseguró que “haber permitido la dependencia –la cuarta parte de la demanda de la energía europea depende del gas– de un país con el que históricamente se ha tenido tensiones geopolíticas fue un riesgo que no se debió correr”. Sumado a esto “los desarrollos se frenaron o simplemente no se hicieron y se optó en cambio por mantener y profundizar la dependencia del gas ruso con la construcción de nuevos gasoductos”. Grandes lecciones que deja el continente europeo a Colombia.
Por otro lado, la presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas, indicó que “los atributos ambientales y económicos que tiene el gas natural hacen que sea un habilitador de la transición energética, pues permite una reducción de material particulado fino hasta de un 99 %, y tiene una reducción de óxido de azufre y de nitrógeno del 75 %. Además, en vehículos representa una disminución de entre el 30 % y el 50 % de CO2 en comparación con combustibles fósiles”.
Los combustibles fósiles no van a desaparecer de la noche a la mañana, lo que hay que buscar es el crecimiento de las energías renovables y tener un respaldo, ese respaldo es el gas natural.
Aunque el carbón, petróleo y gas suelen ser etiquetados conjuntamente como fósiles, son muy diferentes desde la perspectiva de emisiones de CO2. El gas natural es por mucho la fuente más baja de emisiones, además la más económica y suministra la mayoría de la energía global actual. Estudios como “Transición a Gas: Una Contribución en el Camino a la Sostenibilidad”, de Schneider Electric, referente en el sector eléctrico, muestran que una transición al gas en los próximos 10 a 15 años reduciría la producción global de CO2 en un 25 %, todo mientras se complementan las labores de generación de energías renovables.
Dato: En términos de sostenibilidad, el gas natural es una alternativa que consume entre 40 % y 60 % menos de agua que el carbón.
De acuerdo con Mónica Contreras, presidenta de TGI, el gas natural cumple con tres características claves que lo hacen una energía más eficiente y disponible:
- Es justo porque está al alcance de todos.
- Es sostenible, permite avanzar en ámbitos sociales como la superación de la pobreza, mejora la calidad de vida y soporta la equidad de género.
- Es competitivo porque permite a pequeños y grandes negocios tener oferta en el mercado nacional e internacional.
Por otra parte, en el marco del cumplimiento de los compromisos adoptados en el Acuerdo de París, Colombia se comprometió a reducir sus emisiones de gases efecto invernadero en 51 % para el 2030 y para el 2050 la meta es ser carbono neutro.
En consecuencia con ese objetivo, Canacol Energy ha destacado que “si Colombia no protege la competitividad del gas natural o pierde su soberanía energética respecto al gas, deberá retroceder en su proceso de transición energética y regresar al uso de sustitutos más contaminantes como: leña, carbón, diésel, gasolina, entre otros”.
Los expertos también han confirmado la relevancia del gas natural en el proceso de descarbonización. Ana Paola Gutiérrez, profesora e investigadora del Departamento de Derecho Minero Energético de la Universidad Externado confirmó que “el gas es el energético por excelencia para acelerar la transición energética. Ahí vale la pena resaltar que la transición energética debe tener en cuenta la diversificación de fuentes, no dejar de utilizar algunas fuentes de manera irrevocable. El energético más caro es el que no se tiene, como se dice, así que no es un buen negocio salir de una fuente de energía tan competitiva como el gas, y en la que hemos demostrado que podemos tener reservas importantes si seguimos explorando”.
Coincidimos con la profesora Ana Paola en que la transición energética hacia energías más limpias debe tener en cuenta la seguridad energética, la sostenibilidad social y ambiental. “No será justa, segura e irreversible si abandonamos, especialmente, a un energético como el gas natural, que es usado en la producción de fertilizantes, de cemento, de acero y en otros sectores claves para temas sociales”, puntualiza Gutiérrez.
Finalmente, no podemos dejar por fuera otro energético fundamental para la transición y que también puede desarrollarse gracias al gas natural: el hidrógeno, un aliado clave para Colombia en sus objetivos para el 2050. De acuerdo con Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, “gracias al amplio potencial de gas natural que se tiene en el mar Caribe y en yacimientos continentales, se puede abastecer la demanda de hidrógeno de los próximos años a un precio estable y competitivo. Si el mundo quiere desarrollar una economía global de este elemento, el papel del hidrógeno azul no puede ser subestimado”.
En conclusión, Colombia tiene grandes recursos para asegurar su transición energética y hacer viable la descarbonización de su economía y su gran aliado por su puesto: el gas natural.