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El GN ofrece una ventaja competitiva: reduce hasta en un 50 por ciento las emisiones de CO₂ y elimina casi por completo el material particulado.
En medio del debate sobre la transición energética, el Gas Natural Vehicular (GNV) se ha consolidado como una de las alternativas más efectivas y realistas para avanzar hacia una movilidad más limpia y eficiente en Colombia.
Sin duda, este combustible no solo representa una opción económica para los usuarios, sino también una herramienta estratégica para reducir las emisiones contaminantes del transporte, uno de los sectores que más contribuye al deterioro de la calidad del aire en las ciudades.
De acuerdo con Naturgas, el gremio que agrupa a las empresas del sector, el uso de GNV permite reducir hasta en un 100 por ciento el material particulado fino y los óxidos de azufre, más del 75 por ciento de óxidos de nitrógeno y cerca del 50 de dióxido de carbono (CO₂), en comparación con los combustibles líquidos tradicionales.
Esta mejora ambiental ha sido clave para que flotas de transporte público, taxis y camiones de carga adopten esta fuente de energía como una alternativa sostenible. Además del impacto ambiental, el gas natural ofrece una ventaja económica significativa.
Además, la presidente de Naturgas, Luz Stella Murgas, ha destacado que el GNV “puede incidir positivamente en la transformación del sector transporte y contribuir en su descarbonización”, en línea con los compromisos climáticos del país.
Con más de 645 000 vehículos operando actualmente con este combustible y una infraestructura en expansión, Colombia se posiciona como referente regional en movilidad a gas.
En ese sentido, desde Vanti manifiestan que, durante más de cuatro décadas, el gas natural (GN) ha sido un pilar fundamental en la transformación del sector energético colombiano, al tiempo que su llegada marcó un punto de inflexión en la vida cotidiana de millones de hogares, sustituyendo al antiguo cocinol en las cocinas y facilitando la transición de múltiples procesos industriales del carbón al gas. Desde entonces, este energético se ha consolidado como una alternativa limpia, eficiente y de bajo costo, clave para la competitividad y sostenibilidad del país.
Así mismo, en el ámbito productivo, el gas natural ha jugado un papel crucial como complemento de los combustibles tradicionales, especialmente en sectores como el transporte de pasajeros y las actividades logísticas y comerciales.
Su adopción, según Vanti, ha estado estrechamente ligada a la competitividad frente a la gasolina y el diésel: cuando las brechas de precios superan el 50 por ciento, el uso del gas natural se dispara; cuando se reducen, su consumo tiende a moderarse.
Desde el punto de vista tecnológico, el avance ha sido notorio. Los primeros sistemas duales gas-gasolina fueron objeto de desconfianza por su desempeño, pero con los años la industria ha evolucionado hacia instalaciones más sofisticadas, seguras y confiables.
Hoy en día, varias marcas automotrices comercializan vehículos nuevos con tecnología de gas natural vehicular (GNV) y garantía de fábrica, una señal clara de la madurez del mercado y de la confianza en este combustible.
Ventajas del Gas Natural Vehicular
Actualmente, el GNV vive una etapa de expansión decisiva. Ya no se trata solo de una alternativa para taxis o transporte urbano: los vehículos dedicados a gas ganan terreno en flotas de carga ligera y pesada, con resultados sobresalientes en eficiencia y reducción de emisiones.
El éxito obtenido en los sistemas de transporte masivo de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali es un reflejo del potencial del gas natural como solución sostenible para la movilidad del futuro.
Para las fuentes de Vanti, su papel en la transición energética resulta indiscutible. Por un lado, el diésel y la gasolina —sus principales sustitutos— concentran cerca del 50 por ciento del consumo energético del país, principalmente en el sector transporte, uno de los mayores responsables de emisiones contaminantes.
Por otro, el gas natural ofrece una ventaja competitiva: reduce hasta en un 50 por ciento las emisiones de CO₂ y elimina casi por completo el material particulado, además de ser un recurso abundante y disponible localmente.
“Por lo anterior, si queremos mostrar éxitos tempranos en la reducción de emisiones el gas natural como un tercer jugador del consumo energético en el sector transporte es la decisión que tiene más sentido por su disponibilidad, flexibilidad, sostenibilidad económica y beneficio ambiental”, subrayan las fuentes de Vanti.
Para esta compañía, la transición energética es multidimensional, pues no se trata de un único camino en la tecnología o el recurso, sino en jugar estratégicamente en lograr victorias tempranas frente a los recursos disponibles, la potencialidad que tenemos de contribuir y la capacidad económica de lograr transformaciones.
“Sin lugar a duda, mientras damos tiempo y desarrollo a otras tecnologías, igualmente válidas, el camino del gas no debería tener mucha oposición”, enfatizan.
Así, mientras el país impulsa el desarrollo de tecnologías emergentes como la electrificación y el hidrógeno verde, el gas natural se mantiene como un aliado esencial para acelerar la reducción de emisiones, garantizar el abastecimiento y fortalecer la competitividad del aparato productivo colombiano. En un escenario donde cada energético tiene su propio espacio, el gas se consolida como el camino más sensato y disponible hacia una transición energética justa, flexible y sostenible.
Fuente: ElTiempo








