La transición tiene rostro de mujer
América Latina y el Caribe están viviendo un momento decisivo en materia energética. La región avanza hacia una transición que busca equilibrar desarrollo, sostenibilidad y equidad, pero aún enfrenta un reto fundamental: garantizar la participación plena de las mujeres en esta transformación.
Aunque los avances tecnológicos y regulatorios han abierto nuevas oportunidades, la desigualdad de género sigue siendo una realidad. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), las mujeres representan el 32 % de los empleos en el sector energético en Colombia, una cifra que, si bien supera la participación femenina en sectores como el petróleo o la energía nuclear, aún está por debajo del promedio de la economía global (43 %).
Esta cifra revela una brecha estructural que se acentúa en los niveles de liderazgo: las mujeres ocupan el 45 % de los puestos administrativos, pero solo el 28 % de los roles STEM y el 19 % de los cargos directivos. No se trata solo de números, sino de una oportunidad para transformar la energía en una fuerza realmente inclusiva.
Como lo expresó Jackeline Henao, miembro de la junta directiva de coMpower, durante el encuentro Energía con propósito: liderazgo femenino en transición, “una transición justa e inclusiva solo será posible si las voces diversas están en la mesa donde se define el futuro del sector”.
El liderazgo colombiano: una revolución visible
En Colombia, las mujeres están demostrando que el liderazgo femenino es más que una tendencia, es una revolución visible que transforma la industria. Espacios como el foro Articulación: La clave del éxito para la seguridad energética en Colombia y los encuentros de coMpower se han convertido en vitrinas para visibilizar a las mujeres que impulsan la transición energética desde distintos frentes: técnico, empresarial y comunitario.
Durante el reciente Foro “Articulación: La clave del éxito para la seguridad energética en Colombia”, celebrado en Cartagena, figuras destacadas como Luz Stella Murgas (presidenta de Naturgas), Silvana Habid (Grupo Energía Bogotá) y Fanny Guerrero (CREG) coincidieron en una idea central: la diversidad no es solo un valor, es una necesidad para innovar y garantizar la sostenibilidad del sector.
“La diversidad impulsa la innovación y la sostenibilidad. Cada mujer que se hace visible inspira a muchas más. Este es nuestro momento para liderar el cambio”, señaló Luz Stella Murgas.
Para Silvana Habid, el desafío está en “seguir derrumbando barreras y ganar espacios de decisión en la construcción de la política energética del país”. Y desde la CREG, Fanny Guerrero recordó que aún falta visibilizar a las mujeres que no tienen acceso a educación ni oportunidades, para que sean parte activa de la transición energética.
Estas visiones reflejan una triple misión que las mujeres líderes están asumiendo con compromiso:
- Aportar una visión estratégica que conecta la sostenibilidad con el desarrollo económico.
- Impulsar la equidad y la inclusión como pilares de la competitividad.
- Romper barreras estructurales que impiden el acceso y la permanencia de más mujeres en el sector.
El desafío regional: hacia una energía inclusiva
El reto de la equidad de género en el sector energético no es exclusivo de Colombia. Según la Nota Técnica No. 6 de OLADE, los hombres constituyen casi el 74 % de la fuerza laboral total en energía en América Latina y el Caribe, lo que evidencia brechas en el acceso a formación, oportunidades y liderazgo.
Esta desigualdad también se refleja en la pobreza energética: cerca de 17 millones de personas en la región aún carecen de electricidad, y 75 millones dependen de combustibles contaminantes para cocinar. Estas condiciones afectan principalmente a las mujeres, quienes dedican más horas al trabajo no remunerado y enfrentan mayores limitaciones para acceder a educación o emprendimientos sostenibles.
Frente a esto, los organismos regionales coinciden en que integrar la perspectiva de género es una estrategia clave para fortalecer la sostenibilidad y la eficacia de las políticas energéticas. La igualdad no solo promueve justicia social, sino también mayor innovación, eficiencia y resiliencia en el sector.
La hoja de ruta para lograrlo incluye acciones como:
- Promover asistencia técnica que garantice estrategias inclusivas.
- Fortalecer las capacidades técnicas y de liderazgo de las mujeres profesionales.
- Impulsar redes de mentoría y apoyo, como las que fomenta coMpower.
- Ampliar el acceso a educación STEM y programas de formación en energía sostenible.
Estas medidas no solo permitirán cerrar brechas, sino también maximizar el impacto de la transición energética en términos económicos, sociales y ambientales.
Colombia lidera la voz de la región
El liderazgo femenino colombiano también está trascendiendo fronteras. En mayo de 2025, Luz Stella Murgas fue designada como coordinadora para América Latina y el Caribe de la Unión Internacional del Gas (IGU), convirtiéndose en la única mujer entre los ocho coordinadores regionales de esta organización global que agrupa a más de 150 asociaciones y empresas del sector en 80 países.
Su nombramiento es un reconocimiento al papel que Colombia viene desempeñando en la promoción de una transición energética responsable, segura y sostenible, centrada en la reducción de la pobreza energética y la descarbonización.
“Nuestra región tiene mucho que aportar al mundo en innovación energética, y esta es una oportunidad histórica para hacerlo desde el diálogo, el conocimiento y la acción”, expresó Luz Stella Murgas.
Este logro no solo enaltece su liderazgo, sino que también reafirma la capacidad del país para representar a América Latina en los grandes escenarios globales del sector energético.
La nueva energía es femenina
Cada vez más, las historias de mujeres que lideran la transición energética están inspirando a nuevas generaciones a creer que el cambio es posible. Desde los espacios de toma de decisiones hasta los proyectos comunitarios, el liderazgo femenino está impulsando un modelo energético más equitativo, innovador y sostenible.
La transición energética no solo requiere nuevas tecnologías, sino también nuevas miradas: voces diversas que entiendan las realidades locales, que integren la sostenibilidad con la inclusión, y que trabajen por un futuro donde la energía sea motor de equidad y bienestar.
En esa transformación, Colombia tiene una fuerza imparable: sus mujeres liderando, quienes con visión, compromiso y talento están guiando el camino hacia una transición verdaderamente inclusiva.








