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El mes de agosto marca distintas tradiciones alrededor del mundo: mientras en Europa y Norteamérica se vive el otoño, en Colombia este mes se asocia con los cielos despejados y el vuelo de cometas. Esta tradición cultural también nos brinda una oportunidad para reflexionar sobre un tema crucial para el bienestar de todos: la calidad del aire. Garantizar que los colombianos puedan respirar un aire más limpio no es solo un asunto ambiental, sino también de salud pública y desarrollo sostenible.
En este contexto, el gas natural cumple un rol estratégico como energético que contribuye a mejorar la calidad del aire en las ciudades y a acelerar la transición hacia una matriz energética más limpia y diversificada.
Calidad del aire en Colombia: avances y retos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como referencia un nivel máximo de 15 µg/m³ de concentración de material particulado fino (PM2.5), un contaminante que puede ser hasta 30 veces más pequeño que el grosor de un cabello humano y que penetra directamente en los pulmones. En 2021, Colombia reportó un promedio nacional de 13,0 µg/m³, ubicándose entre los seis países de América Latina que lograron mantenerse por debajo de este umbral, junto con México, Argentina y Uruguay.
Este resultado es positivo, especialmente si se compara con países de la región como Brasil (14,9 µg/m³), Perú (17,2 µg/m³) y Chile (21,0 µg/m³). Sin embargo, los desafíos persisten: las grandes ciudades colombianas concentran la mayor parte de las fuentes móviles y estacionarias que afectan la calidad del aire. El envejecimiento del parque automotor, con una edad promedio de 17,5 años para los 6,6 millones de vehículos registrados en el país, representa uno de los principales retos.
En este punto, vale la pena resaltar un aspecto clave: el gobierno nacional ha promovido incentivos para los vehículos híbridos, incluyendo beneficios como la excepción al pico y placa en varias ciudades. Sin embargo, el GNV, siendo también una opción de bajas emisiones, aún no cuenta con este tipo de reconocimientos normativos. Integrar a los vehículos dedicados a GNV en estos esquemas sería un paso coherente hacia una movilidad más limpia y equitativa, que estimule la renovación del parque automotor con tecnologías sostenibles.
El aporte del gas natural en la movilidad sostenible
La movilidad es uno de los sectores con mayor incidencia en la contaminación urbana. Frente a este panorama, la incorporación de tecnologías más limpias resulta fundamental. El gas natural vehicular (GNV) ofrece una alternativa de bajas emisiones que permite renovar flotas de transporte público, de carga pesada y de servicio particular, reduciendo la emisión de material particulado y gases contaminantes.
Además, el gas natural complementa el desarrollo de otras tecnologías de cero y bajas emisiones, como la movilidad eléctrica y el hidrógeno, formando parte de una canasta energética diversificada que brinda soluciones adaptadas a las distintas necesidades de los territorios.
Gas natural: una opción de menores emisiones
Comparado con otros combustibles fósiles, el gas natural es el energético con menores emisiones contaminantes. Su uso contribuye a disminuir entre un 30% a un 50% las emisiones de CO₂ en el sector transporte, y reduce significativamente el material particulado que afecta directamente la salud de la población en entornos urbanos.
Al mismo tiempo, su infraestructura es compatible con el biometano, un gas renovable que puede obtenerse a partir de residuos orgánicos, lo que abre la posibilidad de avanzar hacia un esquema de movilidad aún más sostenible en el futuro cercano.
Colombia y la transición energética
El papel del gas natural no se limita únicamente a la movilidad. También es fundamental para asegurar firmeza en el sistema eléctrico, respaldar energías renovables que suelen ser intermitentes y garantizar la confiabilidad en el suministro. Su aporte a la calidad del aire refuerza la importancia de mantener una estrategia de transición energética que integre soluciones integrales, adaptadas a los retos de cada sector y de cada región del país.
Aire limpio como prioridad nacional
La calidad del aire está directamente relacionada con la salud de los colombianos y con la sostenibilidad de las ciudades. Apostar por energéticos más limpios y por la modernización del parque automotor es una tarea urgente que requiere la articulación de gobiernos, empresas, gremios y ciudadanos.
El gas natural es un aliado en este camino: mejora la calidad del aire, reduce las emisiones contaminantes y contribuye a la construcción de un futuro más saludable. Proteger el aire es proteger la vida, y Colombia tiene en el gas natural una herramienta estratégica para lograrlo.