Un informe de la International Energy Agency señala que, en la actualidad, casi un tercio (2.300 millones de personas) de la población mundial cocina sus alimentos con métodos rudimentarios. Queman carbón, leña e incluso estiércol animal como combustible, respirando a diario humos peligrosos y exponiendo su salud. Este documento señala que la cocina limpia y sana se da con tecnologías que utilizan gas natural y biogás.
La falta de cocinas limpias contribuye a que 3,7 millones de personas mueran de manera prematura al año en el mundo, siendo las mujeres y los niños los más expuestos. Sólo en África, las mujeres y los niños representan el 60 % de las muertes prematuras relacionadas con la inhalación de humo y la contaminación del aire interior. Esto se debe principalmente a prácticas de cocina rudimentaria que provocan complicaciones respiratorias y enfermedades cardiovasculares.
Las mujeres sufren de forma desproporcionada las consecuencias negativas de la cocina rudimentaria y tienen pocas posibilidades de cambiar a soluciones más limpias. Además de los riesgos para la salud, la falta de una cocina limpia impide a muchas mujeres y niñas acceder a la educación, ganar un salario o poner en marcha un negocio que les proporcione autonomía económica.
El informe señala que el número de personas sin acceso a una cocina limpia se ha reducido en 700 millones desde 2010. Los casos de éxito de China, India e Indonesia demuestran que los esfuerzos nacionales con financiación pública pueden tener un impacto, ya que cada país proporciona cocina limpia al 2-4 % de su población cada año.
Algunos países del África subsahariana han proporcionado acceso a cocina limpia al 1-1,5 % de su población, sin embargo, ha aumentado el número de personas sin acceso, ya que el crecimiento de la población ha superado al de los hogares. En la actualidad, más de cuatro de cada cinco subsaharianos no tienen acceso a una cocina limpia.
El director ejecutivo de la IEA (International Energy Agency), Fatih Birol asegura que “la cocina limpia es un tema que rara vez aparece en los titulares o en la agenda política y, sin embargo, es una piedra angular de los esfuerzos globales para mejorar el acceso a la energía, la equidad de género, el desarrollo económico y la dignidad humana”. Y es que precisamente, la ausencia de una cocina limpia en casa genera una serie de dificultades que van más allá de la mala calidad del aire y las enfermedades respiratorias.
La ausencia y falta de acceso a una cocina limpia, diferente a lo que muchos podrían imaginar, incide directamente en el desarrollo y progreso de muchas mujeres en el mundo.
¿Alguna vez te imaginaste que la ausencia de gas natural en los hogares está relacionada con la consecución de objetivos como la equidad de género?
- Las mujeres soportan de manera desproporcionada las consecuencias negativas de la cocina rudimentaria.
- La falta de una cocina limpia impide que muchas mujeres y niñas accedan a la educación, ganen un salario o inicien un negocio que les proporcione autonomía financiera.
- La baja representación de mujeres dentro de las instituciones ejecutivas significa que la cocina limpia también sigue siendo una prioridad baja en la agenda política.
- El tiempo perdido y la productividad resultan en un enorme costo económico debido a las horas dedicadas a recolectar leña y otras fuentes de combustible.
- Los viajes diarios para recolectar leña exponen a las mujeres al riesgo de violencia y agresión cuando dejan sus comunidades para buscar más lejos.
Por otro lado, lograr el acceso universal a una cocina limpia es también una ganancia neta para el medio ambiente. La reducción del consumo de leña y carbón vegetal también reduce las emisiones de metano y otros gases de efecto invernadero emitidos por la cocción incompleta. Esta reducción disminuirá la deforestación, con un ahorro de 0,7 gigatoneladas en 2030.
En general, seguir la visión de la IEA de una cocina limpia para todos se traduce en una reducción neta de 1,5 gigatoneladas de CO2 equivalentes para el año 2030, similar a la cantidad de CO2 emitida por los combustibles fósiles, aviones y barcos del año pasado.
El estudio señala además que los digestores de biogás representan una importante opción de cocción limpia para los hogares rurales en los que los desechos animales disponibles permiten la producción de suficiente de este energético. Los sistemas de combustión interna son una solución de transición para una parte importante de los hogares rurales.
Los beneficios económicos, sociales y medioambientales del acceso universal a la cocina limpia son innegables. Cumplir este objetivo significa menos emisiones, menos muertes prematuras, menos mujeres y niños sin ir al colegio o al trabajo, y menos ecosistemas perdidos por la deforestación y la destrucción de hábitats naturales.
En conclusión, tener acceso a una cocina limpia y digna es un asunto que va mucho más allá de la contaminación, es una problemática que tiene incidencia directa en la educación infantil, la equidad de género, la salud, las brechas salariales y el desarrollo personal y profesional de mujeres y niños en el mundo.