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En los primeros diez meses de 2025, Argentina logró una importante disminución de compras de gas natural y GNL, gracias al crecimiento de la producción no convencional y a la mayor capacidad de transporte desde la cuenca neuquina.
La evolución del sector energético argentino continúa mostrando señales de un cambio estructural profundo. Impulsado por la expansión sostenida de la producción no convencional, especialmente en Vaca Muerta, el país redujo en US$ 628 millones el costo de las importaciones de gas natural y GNL durante los primeros diez meses de 2025 en comparación con igual período de 2024.
Este recorte se apoya en el incremento de 21 MMm³/día de capacidad de transporte desde la cuenca neuquina, un factor decisivo para sustituir volúmenes antes abastecidos con compras externas, según señaló el informe de Economía & Energía (E&E).
La práctica eliminación de las importaciones de gas desde Bolivia —hoy reemplazado casi por completo por gas local— explica buena parte de la caída. A ello se suma la reducción del 16% en las importaciones de gasoil, vinculada a una menor utilización de combustibles líquidos en las usinas térmicas, que ahora operan crecientemente con gas nacional y con un aporte más relevante de fuentes renovables.
En paralelo, la mayor disponibilidad de gas permitió disminuir también la dependencia del GNL en los meses de mayor demanda. Con la infraestructura recientemente ampliada, el sistema energético evitó compras de emergencia y estabilizó los costos, incluso en un contexto internacional volátil.
Esta recomposición se produjo mientras las importaciones energéticas consolidan un sendero descendente iniciado en 2023, lo que contribuye al superávit comercial del sector.
Del lado del petróleo, la producción mantuvo su trayectoria expansiva—con un crecimiento interanual del 34,8% en octubre—y permitió sostener un fuerte incremento exportador.
Entre enero y octubre, las ventas externas de crudo alcanzaron US$ 5.415 millones, impulsadas por un aumento del 38% en las cantidades que incluso compensó la baja de los precios internacionales. El volumen exportado creció en 69 mil barriles diarios, aportando divisas clave en un año de menor dinamismo económico.
El superávit energético acumulado entre enero y octubre llegó a US$ 6.067 millones, 40% por encima del registrado en 2024. En octubre, este equilibrio positivo explicó el 89% del superávit total de la balanza comercial. Solo en combustibles y energía, las exportaciones aumentaron en 1.023 millones interanual durante los primeros diez meses, en tanto que las importaciones se redujeron un 20%.
Aunque la caída internacional de precios limita el flujo de caja de las compañías y desafía la continuidad de los niveles de inversión, el ordenamiento macroeconómico y los incentivos recientes —como la eliminación de retenciones y la reducción de regalías— buscan sostener el dinamismo productivo.
En el caso del gas, el reporte de E&E prevé estabilidad en los volúmenes gracias a la nueva capacidad de transporte, aun cuando la menor rentabilidad relativa del gas seco podría generar importaciones puntuales en invierno sin alterar de manera sustantiva el saldo comercial.
Con la futura infraestructura de licuefacción proyectada en el Golfo San Matías y nuevas ampliaciones del sistema troncal de gas, el país se encamina a profundizar este proceso. La combinación de mayor producción, ahorro de importaciones y crecimiento exportador consolida a Vaca Muerta como un pilar estratégico del equilibrio externo argentino.
Fuente: Mejorenergia








