El gas natural no es un asunto técnico, es un tema social
En más de 11,7 millones de hogares colombianos, encender la estufa, bañarse con agua caliente o trabajar en una pequeña empresa es posible gracias al gas natural. Son cerca de 36 millones de colombianos que dependen de este energético todos los días, la mayoría pertenecientes a los estratos 1, 2 y 3.
Por eso, hablar de gas natural no es hablar de tuberías o licencias, es hablar de bienestar y calidad de vida. La seguridad energética del país no se mide solo en reservas o en cifras, sino en personas que tienen la posibilidad de vivir mejor.
Pero hoy, Colombia enfrenta un punto de inflexión. Por primera vez, la producción nacional de gas natural ya no alcanza para cubrir la demanda interna. En 2025, la producción cayó un 16% frente al promedio de 2024, y el país depende cada vez más del gas natural importado. Lo que antes era un respaldo, hoy es la base del sistema energético.
Depender de importaciones tiene un costo, además del precio internacional, se suman gastos de licuefacción, transporte marítimo y regasificación, lo que encarece las tarifas, afectando la competitividad. En otras palabras, la garantía de seguridad energética para el país no es solo una conversación técnica, es un desafío social y económico que impacta directamente el bolsillo de los colombianos.
Las apuestas de la industria: garantizar el gas natural que Colombia necesita
Desde el sector del gas natural, la industria ha definido una hoja de ruta clara con proyectos estratégicos que permitirán fortalecer el abastecimiento energético del país.
Estas iniciativas representan inversión, empleo, desarrollo regional y bienestar social, al mismo tiempo que impulsan la competitividad y la transición energética responsable.
En conjunto, conforman una visión compartida: que el gas natural siga siendo el energético que impulsa hogares, industrias y territorios en todo el país.
De los planes a la acción: las moléculas que necesitamos hoy
El reto del abastecimiento se resume en una ecuación sencilla: necesitamos más gas natural, y lo necesitamos más rápido.
Por eso, la industria del gas natural ha identificado una serie de proyectos que pueden marcar la diferencia en el corto y mediano plazo.
- Nueva oferta: Exploración y Producción (E&P)
- Los proyectos continentales y offshore son la base para aumentar la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones.
- Arrecife (Córdoba): Campo con reservas comprobadas de gas natural, cuya entrada en operación depende de su conexión al sistema nacional de transporte. Su desarrollo representa una fuente inmediata de moléculas nacionales.
- Floreña (Casanare): Uno de los proyectos más avanzados en fase de producción, clave para el abastecimiento de la zona centro-oriente del país.
- La Belleza (Magdalena): Proyecto con gas probado y de rápida conexión, capaz de aportar volúmenes significativos al sistema con el apoyo de nueva infraestructura de transporte.
- Sirius (Caribe Offshore): El hallazgo más prometedor de la última década. Se estima que sus reservas alcanzan los 6 terapies cúbicos (TPC), equivalentes a cerca de 3 veces las reservas actuales de gas natural y capaz de producir cerca del 45% de la demanda nacional actual hacia 2030. Sirius es la gran apuesta de largo plazo para recuperar la autosuficiencia gasífera del país, siempre que existan condiciones regulatorias estables y una coordinación institucional efectiva.
Estos proyectos representan la oportunidad de reactivar la producción nacional, asegurar nuevas fuentes de suministro y fortalecer la seguridad energética desde el territorio.
2. Nueva oferta de regasificación: asegurar el respaldo del sistema
Para complementar la producción nacional y garantizar un suministro continuo, la industria está impulsando proyectos de ampliación y construcción de infraestructura de regasificación que aseguren la entrada oportuna del gas importado cuando sea necesario.
- Ampliación de SPEC (Cartagena, Bolívar): Su capacidad pasará de 450 a 533 millones de pies cúbicos diarios, permitiendo atender la demanda no térmica —hogares, comercios e industrias— y fortaleciendo el suministro en la región Caribe y el interior del país.
- Planta de regasificación de Buenaventura (Valle del Cauca): Liderada por Ecopetrol, esta infraestructura será clave para abastecer el suroccidente colombiano. Su esquema de transporte terrestre de GNL hasta Buga permitirá reconvertirlo en gas natural y entregarlo al sistema nacional a partir de 2026.
Ambas infraestructuras son fundamentales para garantizar confiabilidad, flexibilidad y seguridad energética, pilares esenciales en un sistema que debe responder a las necesidades de hogares e industrias de todo el país.
3. Infraestructura de transporte: conectando regiones y oportunidades
Contar con nuevas fuentes de gas natural no garantiza el suministro si no existe la infraestructura adecuada para transportarlo. Por eso, el desarrollo de nuevas redes, bidireccionalidades y conexiones es tan importante como la exploración misma.
Entre los proyectos estratégicos más relevantes se destacan:
- Reconversión del Oleoducto de Colombia (ODC) a gasoducto: Permitirá conectar el Valle Inferior del Magdalena con el centro del país, fortaleciendo la seguridad energética del corredor industrial y optimizando una infraestructura existente.
- Bidireccionalidad Barranquilla–Ballena: Aumentará la capacidad de transporte de 66 a 170 millones de pies cúbicos diarios, conectando la oferta del Caribe con el interior.
- Bidireccionalidad Cartagena–Jobo: Permitirá aprovechar de forma más eficiente la producción continental y fortalecer la conexión con la planta de regasificación de Cartagena y la demanda del interior del país por medio del proyecto de reconversión del ODC.
- Bidireccionalidad Vasconia–La Belleza: Mejorará la capacidad de transporte de gas proveniente de nuevos campos continentales, garantizando un flujo más ágil hacia las zonas de consumo.
Estas obras son las carreteras del gas natural, necesarias para conectar regiones, integrar mercados y asegurar que la energía llegue a cada hogar colombiano.
Regulación: de la incertidumbre a la confianza
La actualización del marco regulatorio del gas natural es imperante. Los cargos de transporte no se revisan desde hace más de 12 años, y los de distribución, en algunos casos, desde hace más de dos décadas. Este rezago frena la inversión, limita la expansión de redes y amenaza la sostenibilidad del sistema.
Además, las normas actuales impiden contratos de importación de largo plazo —el estándar internacional es entre 5 y 10 años—, dificultando el cierre financiero de nuevas plantas de regasificación y elevando los costos para los usuarios.
Actualizar la regulación es habilitar las inversiones que el país necesita. Es pasar de la incertidumbre a la confianza, y de la parálisis a la acción.
El llamado de la industria es actuar hoy para asegurar el mañana
Colombia tiene los proyectos, los recursos y la capacidad técnica para garantizar su abastecimiento. Lo que falta es decisión y visión de largo plazo. La ampliación de SPEC, la entrada de Buenaventura y la conexión de los campos continentales son medidas urgentes que deben ejecutarse sin más demoras. Y el desarrollo de Sirius debe convertirse en una apuesta nacional compartida, con visión de Estado y coordinación institucional.
La seguridad energética no puede seguir dependiendo del clima, las coyunturas o las demoras administrativas. Es un asunto estructural que define el futuro económico y social del país. Actuar ahora significa proteger la competitividad, el desarrollo y el bienestar de 36 millones de colombianos.
El gas natural no solo impulsa hogares e industrias: impulsa el progreso, la confianza y el futuro de Colombia.
Más que energía, progreso para todos
El gas natural no solo impulsa hogares e industrias: impulsa el progreso, la confianza y el futuro de Colombia.
Cada proyecto representa inversión, competitividad, desarrollo regional y una apuesta sólida por integrar a las comunidades y los territorios en un camino compartido hacia la sostenibilidad y la seguridad energética.
Estos proyectos no son esfuerzos aislados, son el resultado de la unión entre sectores, el compromiso con las regiones y la visión de largo plazo que el país necesita para consolidar su política energética.
Desde Naturgas, reafirmamos nuestro compromiso con el impulso de esta agenda estratégica. El gas natural, junto con los nuevos energéticos como el hidrógeno y el biometano, será un pilar fundamental para que Colombia avance hacia una transición energética inclusiva, competitiva y responsable, en la que las familias, las empresas y el país entero se beneficien por igual de la buena energía que nos impulsa a todos.









