Durante cinco días, expertos internacionales en temas energéticos, altos ejecutivos de las principales empresas de petróleo y gas de la región, y autoridades gubernamentales y regulatorias de distintos países, plantearán en la Semana Arpel-Naturgas la oportunidad de dialogar sobre los temas que rigen la sostenibilidad de la industria de petróleo y gas, durante y postransiciones energéticas.
En la inauguración del evento que se lleva a cabo en Cartagena de Indias, Colombia, Carlos Garibaldi, Secretario Ejecutivo de la Asociación de Empresas de Petróleo, Gas y Energía Renovable de América Latina y el Caribe (Arpel), consideró importante que se respete a cada país de la región su derecho a elegir su propio rumbo y ritmo de transición, en función de su punto de partida en cuanto a matriz energética y desarrollo socioeconómico”.
La riqueza de los recursos energéticos de América Latina plantea grandes oportunidades para una transición justa. El desafío inmediato es encontrar respuestas de cómo la región va a encaminar el proceso de transición energética, en un contexto donde el 34% de los hogares aún utilizan leña o carbón.
“Alcanzar la transición no supone poner en riesgo la seguridad energética”, dijo Alejandro Stipanicic, Presidente del Directorio de Arpel, quien recomendó “no tomar recetas que vienen de otros lados”, y que se deben utilizar todos los recursos disponibles con modelos flexibles y adaptables.
La discusión sobre la transición energética aún está en proceso de maduración en la región latinoamericana y del Caribe, empujada principalmente por las disposiciones del Acuerdo de París y los avances tecnológicos.
Luz Stella Murgas, Presidenta de Naturgas, reflexionó acerca del reto que significa para la región el avanzar en el propósito. “Juntos podemos lograr una verdadera transición energética justa”, aseguró, y recomendó la necesidad de que “América Latina necesita ser constante para asegurar una transición que llegue a los hogares”.
“Hagamos una transición energética a la latinoamericana”, complementó Frank Pearl, Presidente Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), al apuntar que este proceso no es solamente energético, sino también económico y social.
La definición de Pearl es compartida por la mayoría de los líderes energéticos que participan del evento. Un consenso regional va tomando forma respecto a la transición energética en América Latina y el Caribe: es un desafío mayor que amerita analizarlo desde diferentes perspectivas, con pragmatismo, neutralidad tecnológica y que tome en cuenta la realidad de cada país.
La riqueza de los recursos energéticos de América Latina plantea grandes oportunidades para una transición justa
Visión global y contexto latinoamericano
Rebecca Gaghen, Jefa de División para Europa, Medio Oriente, África y América Latina de la International Energy Agency (IEA), sostuvo que “cada país tiene una historia única, recursos y oportunidades y un mix energético diferente”, y planteó que “la producción de petróleo seguirá creciendo en la región” con Guyana y Brasil a la cabeza, en un continente que representa sólo el 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, la transición energética en América Latina enfrenta muchos desafíos, que también ocurren en otras regiones del planeta, sostuvo la especialista durante su exposición, en la que, entre otras cosas, planteó que “el mundo todavía enfrenta graves vulnerabilidades en materia de seguridad energética, pero también tiene más herramientas que nunca para cambiar las perspectivas de la energía global”.
En ese sentido, la IEA considera que el petróleo y el carbón tendrán un peak de demanda alrededor de 2030 para después comenzar a descender, impulsado por las diferentes fuentes alternativas.
“El enorme auge de tecnologías de energía limpia, como los vehículos eléctricos y la energía solar fotovoltaica, combinado con un reequilibrio de la economía de China hacia un modelo de desarrollo más limpio, cambia la trayectoria del sistema energético mundial”, aseguró.
En una visión optimista sobre las perspectivas regionales, dijo que “el desarrollo de las energías renovables en América Latina y el Caribe ha reducido la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles y ha fortalecido la seguridad energética, y la región ahora está bien posicionada para prosperar a medida que el mundo avanza hacia una era de energía limpia”.
Por su parte, David Riaño, Vicepresidente de Soluciones de Bajas Emisiones de Ecopetrol, analizó tres oportunidades que brinda el reto de la transición: riqueza energética, crecimiento regional y cooperación entre países.
En tanto, Santiago Ferro, Gerente de Transición Energética de ANCAP, la empresa petrolera estatal de Uruguay, afirmó que “no debemos subestimar el desafío que significa la transición energética” en un contexto en que la matriz regional está dominada en 80% por combustibles fósiles. “La transición debe ser responsable, complementarse e incluso competir”, finalizó.